tag:blogger.com,1999:blog-83551430575657630202024-02-20T08:41:19.751-03:00Incorrecciones pedagógicasIncorrecciones pedagógicas, un lugar para pensar la educación más allá de lo políticamente correcto y sus buenas intenciones.Pablo Martinishttp://www.blogger.com/profile/12143286972903871436noreply@blogger.comBlogger4125tag:blogger.com,1999:blog-8355143057565763020.post-52623830418242810102013-02-27T19:59:00.000-03:002013-02-27T19:59:23.686-03:00Comentario del Maestro Miguel Soler Roca<div style="text-align: justify;">
El Maestro Miguel Soler Roca nos ha hecho llegar un comentario a propósito de la última entrada de este blog.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Como todos quienes estén leyendo estas líneas podrán imaginarse, incluir en este espacio unas palabras de Don Miguel significa para nosotros un honor enorme y también un compromiso en seguir sosteniendo una forma de pensar y hacer la educación como compromiso con los conceptos de justicia e igualdad. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al Maestro, el agradecimiento por compartir aquí sus palabras, junto con el reconocimiento de siempre. Aquí su texto:</div>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri; margin: 0cm 0cm 10pt;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="color: #222222; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Adhiero,
calurosamente. Coincido con Pablo en que hay un vínculo estrecho
entre educación, derechos humanos, impunidad, SCJ. Los docentes no
debemos confundirnos, ni en el jardín de infantes ni en la
Universidad. Somos –por decisión soberana nuestra, individual y
colectiva- depositarios de ciertos valores cuya gravitación es
esencial en la educación para el futuro. Contamos, además, con
claros mandatos vigentes. El programa de Primaria de 2008 dice en su
primera línea: “El Programa Escolar del Consejo de Educación
Primaria se centra en los Derechos Humanos” (p. 9). El programa de
Historia para sexto grado primario prescribe: “La vigencia de la
Constitución y los derechos individuales”; “El Uruguay en el
siglo XXI” (p. 221). Para sexto grado de Ética se indica: “La
vida como valor y sustento de los Derechos Humanos. Los genocidios”
(p. 231) y el de Derecho propone: “Las Declaraciones de los
Derechos Humanos”, “Los crímenes de lesa humanidad” (p. 232).
Lo mismo encontramos si rastreamos los programas de los otros niveles
de la enseñanza. Los custodios irrenunciables e indispensables de la
formación en estos vitales aspectos somos los educadores.
Compañeros, compañeras, a tomar conciencia de que, como siempre,
hemos de sumarnos al Pueblo en la defensa de la Verdad y la Justicia
y en la denuncia de la impunidad, bajo todas sus formas, quienquiera
la preconice. Y si no nos dejan hacerlo abiertamente, lo haremos en
la clandestinidad. Como ya supimos hacerlo.</span></span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">Miguel
Soler Roca.</span></span></span></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Pablo Martinishttp://www.blogger.com/profile/12143286972903871436noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8355143057565763020.post-48223660441251695612013-02-22T19:26:00.001-03:002013-02-22T19:31:54.610-03:00No se puede educar con impunidad<div style="text-align: justify;">
La Suprema Corte de Justicia dictaminó en el día de hoy la inconstitucionalidad de la Ley Interpretativa de la Ley de Caducidad, con lo cual se pone un escollo que podría ser insalvable para la continuidad de los juicios en causas por violaciones a los derechos humanos cometidos en dictadura.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En definitiva, se trata de una forma de volver a poner sobre la mesa la impunidad de quienes cometieron delitos de lesa humanidad. Mientras tanto, buena parte de los actores sociales y políticos que celebran la decisión de la SCJ llevan adelante una campaña para lograr instalar como Ley el descenso de la edad de responsabilidad penal de los dieciocho a los dieciséis años. Ambos elementos no pueden sino ser vistos como parte de un mismo movimiento de expansión de un sentido común conservador en la sociedad uruguaya. Asegurar impunidad a quienes ejercieron el terrorismo de Estado contra tantos y tantos uruguayos, por un lado, y por el otro arremeter con fuerza contra quienes se ubican en conflicto con la ley desde los márgenes de la sociedad. Se trata de la entronización de una injusticia. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es importante comprender que este sentido común conservador se expande desarrollando una acción educativa sobre toda la sociedad uruguaya: estamos enseñando a las nuevas generaciones que es lícito golpear al otro si se lo hace desde una situación de poder y que, al mismo momento, es también admisible aplicar la violencia contra quienes no tienen ningún poder que los sostenga. Mientras en relación a unos se buscan los vericuetos legales para que no sean responsabilizados por sus actos, a los otros se los presenta como sujetos maduros que deben ser responsabilizados como adultos, pese a no tener dieciocho años.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No hace falta avanzar mucho más en el razonamiento para darnos cuenta que el mensaje que estamos dando a las nuevas generaciones es terriblemente contradictorio. De la peor de las contradicciones, la que se genera por obsecuencia frente a quien detenta algún poder.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A todo esto, claramente surge una interrogante: ¿es posible sostener un proyecto educativo sobre la base de la impunidad? O si ustedes prefieren: ¿es posible educar mientras haya impunidad?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Educar es antes que nada, y en pocas palabras, una de las formas de convocar a la Justicia. Esta convocatoria tiene que ver con que en todo acto educativo bien desarrollado se pone en juego el derecho de un otro a acceder a una porción del legado humano que le corresponde por derecho. Así de concreto, educar es hacer justicia. Es dar a cada uno lo que lo corresponde, sin atenuantes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El compromiso que un día como hoy suscita en todo educador consciente de su responsabilidad es el de seguir obstinadamente luchando, cada día, por hacer realidad esa convocatoria a lo justo en el trabajo con los educandos con lo que toca actuar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tarea difícil si las hay la de educar. A partir de hoy será un poco más difícil, ya que la injusticia acecha. De todos modos, seguiremos obstinadamente adelante, como buenos pedagogos. También seguiremos reclamando verdad y justicia, única forma en que auténticamente será posible educar.</div>
Pablo Martinishttp://www.blogger.com/profile/12143286972903871436noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8355143057565763020.post-52457822812606288082013-02-07T10:44:00.001-03:002013-02-07T10:44:53.395-03:00Preguntas incómodas
<br />
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
En la edición de Brecha
del pasado 21 de diciembre, la periodista Sofi Richero se pregunta, a
propósito de la emergencia reciente de diversas situaciones de
violencia, y esperando que no “ardan los cabellos de la Academia”,
“¿cuándo fue que dejamos de hablar de “violencia de clase”?”,
o “¿Cuándo fue que el debate ideológico de la izquierda se
decretó muerto y sobre su cadáver comenzaron a germinar las
expresiones prohibidas?”</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
Creo que a muchos de los
lectores de Brecha las preguntas de Richero nos suenan más que
familiares. Son las mismas que venimos haciéndonos cada vez con más
frecuencia ante la sobreabundancia de lecturas simplistas de
acontecimientos cotidianos que parecen olvidar que vivimos en una
sociedad marcada por desigualdades estructurales, por mucho que nos
pese.</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
La preocupación por
intentar pensar algunas de las implicancias que esta forma de ver el
mundo y comprender lo social han tenido, y tienen, en nuestro país y
particularmente en su situación educativa, están presente en los
trabajos de investigación y las reflexiones cotidianas de muchos de nuestros educadores.</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
En los estudios sobre
educación que fundamentan las políticas educativas en Uruguay desde
la recuperación democrática, se ha ido sofisticando un recurso
argumentativo que ha puesto el acento en las relaciones entre
resultados educativos y “contextos socioculturales”. Con
abundantes referencias estadísticas, no ha dejado de demostrarse una
y otra vez esta relación. Ello, ha servido de base para la
conformación de teorías que no dejan de nombrar una y otra vez los
supuestos “déficits culturales” que poseerían ciertas
poblaciones y frente a los cuales es necesario instrumentar políticas
de equidad centradas en los “entornos de dificultades estructurales
relativas”, como reza el programa de política focalizada
actualmente en desarrollo en las escuelas públicas de nuestro país.</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
Para cualquier análisis más o menos influenciado por una perspectiva teórica crítica,
la realidad del fracaso educativo en sectores que viven en situación
de pobreza no podría separarse de la consideración de las
desigualdades estructurales inherentes a toda sociedad capitalista.
Existe una más que abundante bibliografía para sostener estas
perspectivas, desde tradiciones no necesariamente idénticas, pero sí
vinculadas de diversas formas con el marxismo y la teoría crítica.</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
Las preguntas entonces
podrían ser: ¿cuándo dejamos de hablar de las relaciones entre
educación y clases sociales?; ¿cuándo dejamos de considerar el
carácter de reproductor de las desigualdades sociales que implica
todo sistema educativo?; ¿cómo es que desde la izquierda podemos
seguir hablando de “contextos socioculturales críticos” sin
considerar las formas en que esos territorios y sus habitantes se
inscriben en la realidad de una sociedad capitalista -y por tanto-
excluyente?</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
Tengo el convencimiento
que volver a ubicar esas preguntas sería un buen lugar desde el cual
repensar nuestras perspectivas pedagógicas y nuestra idea sobre el
tipo de políticas educativas que es necesario construir.</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
Ubicar estas preguntas
sobre la mesa supondría asumir lo social como un ámbito
conflictivo, en el cual necesariamente una toma de posición supone
un acto político no exento de consecuencias. Se agradará a unos y
se dejará descontentos a otros.</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
En nuestro país quienes
siguen fracasando en la educación son los más pobres. ¿Hasta
cuándo será posible seguir asumiendo desde la izquierda discursos
que pretendan explicar este fenómeno por las “carencias” de
estos sujetos. ¿Será posible que volvamos a hacernos preguntas
incómodas y que entonces seamos capaces de concebir una educación
que trabaje desde las potencialidades de niños y adolescentes de
sectores populares y se comprometa con su desarrollo concebido estrictamente como un acto de justicia?</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
Un punto de comienzo para
asumir una tarea de este tipo seguramente sería poner en discusión
los supuestos desde los cuales pensamos y actuamos en la educación y
someterlos a la crítica de una pedagogía que tome como punto de
partida la radical igualdad de lo sujetos.
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
El país va ingresando
lentamente en su pre - campaña electoral. Seguramente la educación
será uno de los ejes centrales de la disputa entre los partidos.
Ojalá podamos empezar a llamar a las cosas por su nombre.</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
Pablo Martinishttp://www.blogger.com/profile/12143286972903871436noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8355143057565763020.post-39834969429865159822013-01-22T17:49:00.000-03:002013-01-22T17:49:55.185-03:00¿Por qué abrir un blog?<br />
Sale aquí la primera entrada de <b>Incorrecciones pedagógicas, </b>con la intención de intentar justificar la existencia de este blog. Si es que es necesaria esa justificación, ahí va: tengo la impresión que el ámbito educativo en nuestro país se ha llenado de discursos "políticamente correctos" y se hace necesario aportar un poco de disonancia. Me parece que este puede ser un buen lugar para hacerlo y provocar algunos intercambios.<br />
<br />
No es que no existan las disonancias, las voces críticas o las propuestas alternativas. Las hay, pero pareciera que tienen poca capacidad de producir enunciados ante un sentido común que tiende a ocupar cada vez más espacios.<br />
<br />
El sentido común instalado, que no dudaría en llamar <i>conservador</i>, retoma viejos enunciados pedagógicos tale como: la educación es la clave para luchar contra al pobreza, la educación es el lugar fundamental para luchar contra los problemas sociales (violencia, adicciones, etc.) y, particularmente, la educación debe mantenerse alejada de cualquier componente ideológico, ya que sus rumbos deben ser acordados por grandes acuerdos nacionales, producidos a través de los partidos políticos.<br />
<br />
Digámoslo de una vez: la educación no es el arma fundamental a emplear contra la pobreza (para eso está la política económica, que debiera ser a la vez social), la educación no tiene que ver con la superación de los problemas sociales (no en el sentido de superarlos cuando como sociedad seguimos alimentando las causas de los mismos) y la educación tienen un componente ideológico innegable (ya que no es, o no debería significar lo mismo, hacer política educativa desde la izquierda o desde la derecha).<br />
<br />
La educación sí tiene que ver con la transmisión y la continuidad/transformación de la cultura. Desde allí produce múltiples efectos, la mayoría de los cuales no son definibles a priori.<br />
<br />
Quizás la primera incorrección de todas las que deberíamos promover desde este blog es la de volvernos a preguntar cual es el sentido que desde una concepción política de izquierda pretendemos darle a la política y la práctica educativa.<br />
<br />
Desde esta intención, irán apareciendo entradas en este blog. Desde ya se agradecen todos los comentarios que ayuden a tener un intercambio constructivo.<br />
Pablo Martinishttp://www.blogger.com/profile/12143286972903871436noreply@blogger.com9